Ego, música y perfección

Crítica a la película Whiplash

Definitivamente cuando las palabras se desvanecen, la música habla…

… De principio a fin, esta es una obra cinematográfica que te pone la piel de gallina y el corazón a mil por hora. No es una película bonita; es una obra de arte, y el arte no necesariamente tiene que ser bonito, tiene que hacerte sentir algo. Con Whiplash experimentas cada sensación, cada compás, cada triunfo y cada derrota del protagonista en su lucha por convertirse en el mejor baterista del conservatorio.

El ritmo de la historia, los diálogos, la imagen y las actuaciones, van exactamente marcados con el tiempo de la musicalización. Esta película nos muestra una realidad humana no tan lejana y más bien vigente en nuestra sociedad. Los conflictos humanos ligados a voluntades enceguecidas y prejuicios sin límites. La sed de reconocimiento y poder, y el desequilibrio en busca de la perfección a causa de un ego desmedido. 

Whiplash también abarca el tema de 'matoneo' que enfrentan muchos jóvenes en todo el mundo.



Al mismo tiempo, nos deja ver un joven luchador y valiente que supera todos y cada una de las adversidades que se le presentan para lograr demostrar su talento. Me refiero a Andrew (Miles Teller), aventajado baterista que estudia en una de las mejores escuelas de música del país y que se empeña en convertirse en uno de los grandes. Lo que Andrew nunca se imaginaría es que se iba a encontrar con el mayor reto de su vida, representado en su maestro y director de la banda de jazz, quien ejerce una extrema presión psicológica en el joven, a tal punto de convertirse en su mayor obsesión. 

El papel de estos dos personajes, es digno de todo reconocimiento, y no dudo ni un solo momento de la merecida premiación en los pasados Oscar, a J.K Simmons, como mejor actor. 



La música de esta película aún retumba en mis oídos. Una mezcla fantástica que se mueve entre Caravan y Whiplash, y que al final, nos da una estocada final de improvisación y perfección absoluta tanto musical como cinematográfica. 

La enseñanza o mensaje:

Tiene que ver mucho con una frase en la que reflexionaba hace unos días: “Nadie se hace grande (o nadie crece) demostrando lo pequeños que otros pueden ser. Grande es quien engrandece (o quien hace crecer) a todos los que tiene a su alrededor”.


Whiplash: desde que empieza, no quieres que termine. 

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